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miércoles, 27 de julio de 2011

TEMPLOS DEL FÚTBOL: ESTADIO DA LUZ

Este puente de julio lo aproveché para visitar Lisboa y, cómo no, los estadios de la ciudad estaban en mi itinerario. Estuve allí poco tiempo, pero el justo para poder ver en profundidad el Estadio Da Luz, la casa del Sport Lisboa e Benfica, gracias al “tour” organizado que hace el club. Aquí va un breve resumen.



El Estadio Da Luz es uno de los grandes monumentos de Lisboa.
Foto: listas.20minutos.es


Línea azul del metro de Lisboa en dirección norte, te bajas en la estación Alto dos Moinhos (aunque también te vale Colegio Militar/Luz), andas apenas tres minutos, cruzas un puente por debajo y ahí está alzándose majestuoso el Estadio Da Luz.

Diseñado por el arquitecto Damon Lavelle, el Estadio Da Luz fue inaugurado en 2003 con vistas a la Eurocopa de Portugal de 2004, lo cual obligó a remodelar varios recintos del país luso que iban a ser sede en esa competición. Sin embargo, el proyecto del campo lisboeta era el más ambicioso ya que albergaría la final de dicho torneo, como así ocurrió en el verano de 2004 cuando Grecia venció 0-1 a Portugal.

Por otro lado, significó el cambio de “hogar” para el Benfica, que se mudó del viejo Da Luz, el cual fue derruido, para comenzar una nueva vida en este nuevo estadio situado en la Avenida Norton de Matos, con menos capacidad, pero que satisfacía las necesidades (sobre todo tecnológicas) que exigía el desarrollo del club. De hecho, la UEFA le ha considerado un estadio “Cinco Estrellas”, siendo esta la máxima puntuación posible para medir la calidad de un campo de fútbol.

A la entrada principal te recibe como anfitrión la estatua que homenajea a Eusebio, una de las grandes figuras del fútbol portugués, europeo, y mundial que vistió la camiseta de “O Glorioso”, es decir, del Benfica, con el que ganó dos Champions League a principios de los años 60.

Ya dentro del estadio, se puede ver que los 66.500 espectadores (todos sentados) están divididos en tres plateas. La baja y la alta son las más amplias, mientras que en el medio hay otra mucho más pequeña que, eso sí, tiene asientos más cómodos que incluso tienen un “apoya-refrescos” para ver el partido más cómodo, y es donde se encuentra ubicado el palco de autoridades.

Además, hay que hacer mención al hecho de que cada una de las cuatro gradas que conforman el Estadio Da Luz tiene el nombre de un patrocinador. El fondo norte es de Coca Cola, el sur de Sagres, la tribuna este es de Meo, y la oeste de Tmn.

Sin embargo, una de las principales ventajas es que todo el estadio está cubierto y todas las localidades están bajo techo, el cual tiene partes traslúcidas que favorecen el paso de más luz, con lo que se evita un excesivo gasto en este sentido.

Otro de los puntos que se puede visitar es la sala de prensa. Es muy cómoda, amplia, perfectamente equipada, y con gran capacidad para albergar a los periodistas que van a cubrir los eventos que allí ocurren. Al fondo tiene unos atriles para que se coloquen las cámaras de televisión y unas mesas con adaptadores para que puedan conectarse las radios.

Tras esto, pasamos al vestuario visitante. A la entrada estaban los asientos de cada jugador, donde podían colocar su equipación, mientras que al fondo había camillas para que trabajasen los fisios, las duchas, etc. Pero sin duda, uno de los detalles más curiosos es el hecho de que todas las paredes de la estancia visitante estaban llenas de imágenes del Benfica y de su afición. ¿Quizás esto forma parte de la guerra psicológica previa a los partidos?...

Al lado del vestuario hay una pequeña sala en la que los conjuntos que rinden visita al Benfica pueden realizar su calentamiento. El suelo es césped artificial y hay sitio de sobra para que trabajen todos los jugadores y preparadores antes de saltar al césped para calentar con balón. De hecho, también incluye sacos de boxeo por si alguien quiere ejercitar la fuerza.

¡Ya estamos listos! Hemos calentado, nos hemos vestido, hemos escuchado las instrucciones del entrenador y cogemos el túnel de vestuarios para saltar al campo. Esta bocana está al nivel del césped (no como el Camp Nou o el Santiago Bernabéu, por ejemplo, que hay que subir unos escalones), y una vez la cruzas puedes levantar la cabeza y ver la imponente figura del Estadio Da Luz.

El césped es natural y tiene unas dimensiones de 105 metros de largo por 68 metros de ancho. Cuando lo visité estaban haciendo los cuidados que requiere un tapete de tanta calidad y, obviamente (y tras previo aviso del guía), no se podía pisar.

Titulares al campo y suplentes a los banquillos. Está claro que el objetivo de todo buen futbolista es disputar la mayoría de los minutos posibles, pero si esta vez no cuenta con la confianza del “míster” al menos estará cómodamente sentado. Ambos bancos, tanto el local como el visitante, están igualmente aclimatados con asientos grandes y mullidos, a los cuales cubre un techo.

Ya para acabar, decir que ese día no entrenaba ningún jugador en el Estadio Da Luz, pero sí se ejercitaba todo un icono del Benfica: El águila Victoria. Este bello animal es un águila de cabeza blanca que es emblema y símbolo del club, ya que de hecho aparece en el propio escudo del conjunto lisboeta. Además es la mascota y antes de cada partido sobrevuela el estadio para posarse en una base que colocan en el centro del campo. Ni que decir tiene que Victoria es un icono para la institución y para toda la afición, y se la tiene un enorme cariño y respeto.

Y ya ponemos fin a esta visita no sin antes decir que el Estadio Da Luz tiene muchísimas cosas más que ver y que no he comentado, por lo que te recomiendo que lo visites si tienes oportunidad.

Por cierto, antes de acabar me gustaría contar a modo de anécdota que al finalizar el "tour" del Estadio Da Luz el propio Benfica te da un diploma (firmado por el presidente del club) que acredita que has hecho la visita al campo. Será por el marketing, pero esto te lo dan en la “Benfica Megastore”, donde caí en la tentación y me compré la camiseta de Capdevila.