Si el Real Madrid golpeó primero marcándole cuatro goles al Tottenham Hotspur, el F.C. Barcelona ha respondido logrando cinco, pero eso sí, recibiendo uno ante el Shakhtar Donetsk. Una cosa está clara, una de las semifinales de Champions va a ser un Barça-Madrid y todo lo que no sea este emparejamiento significará un gran descalabro para el que falte a la cita. Ahí va mi reflexión acerca de la actuación de los equipos españoles en la máxima competición europea.
Allá por las 23:00 horas, cuando todos los partidos de la ida de cuartos habían acabado, tenía una extraña sensación acerca de la actuación tanto de Tottenham Hotspur como de Shakhtar Donetsk.
No es decepción, ni tampoco me da la impresión de que ingleses y ucranianos sean equipos pequeños para esta competición. De hecho, insisto en que ambas plantillas tienen una gran calidad. Bale es uno de los jugadores con más futuro de Europa; Modric es uno de los grandes creadores de juego del continente; Douglas Costa y Willian llegarán a la selección “Canarinha” a no mucho tardar, etc… El problema es que han topado con los dos mejores equipos de fútbol que hay hoy en día sobre la Tierra.
El F.C. Barcelona es el que lidera este ranking, pero sin duda su perseguidor es el Real Madrid. Lejos queda el tercero que, aunque tengo mi candidato, mantendré en secreto. Da la casualidad de que la rivalidad entre estos dos colosos es enorme e infinita y cuando uno hace “A” el otro tiene que lograr “A+1”.
Se pueden decir muchas cosas de ambos enfrentamientos: Que si al Madrid se le puso el partido de cara tras la expulsión de Crouch (merecidísima, por cierto); que si Aarón Lennon no jugó; que si Bale aún estaba renqueante de su lesión; que si faltaba Ledley King en el centro de la zaga…
Que si al Shakhtar le faltaba Chygrynskiy liderando la defensa; que si Rakitskiy era muy joven y poco experimentado para jugar de central en un partido como este (a pesar de su gol); que si faltaba Fernandinho en medio campo; que si Luiz Adriano hubiese marcado alguna de las que tuvo todo hubiese cambiado…
Pero las cosas como son: La roja del delantero inglés llega con 1-0 favorable a los blancos; King hubiese hecho poco más que Gallas ante el vendaval ofensivo del Madrid, lo mismo que Chygrynskiy en el Camp Nou; la lucha de Lennon y Bale ante los enchufadísimos Marcelo y Ramos, visto lo visto, se hubiese decantado del lado blanco; Fernandinho solo no habría podido hacer jugar a todo el Shakhtar ante un Barça “de 10”; y posiblemente si Luiz Adriano hubiese embocado alguna de las tres claras que tuvo, el conjunto blaugrana hubiese respondido con la misma rapidez que cuando recibió el 3-1.
Todo esto lo digo tras ver los 90 minutos de cada encuentro, ya que antes del pitido inicial del choque en el Bernabéu (el que cronológicamente empezó primero) mantenía la opinión de que ambos partidos acabarían igualados y se decidirían en la vuelta. Aún así me reitero en que ni Tottenham ni Shakhtar me han decepcionado, aunque sí me ha sorprendido la rotundidad con la que han caído derrotados.
Enfrente del conjunto británico estaban los chicos de un José Mourinho que arriesgó con Marcelo y Cristiano. Pero es que no le quedaba otra opción porque, tras el batacazo en el Paseo de La Castellana ante el Sporting de Gijón, el resultado positivo era de obligado cumplimiento. ¿Lo del 0-0 que dijo el técnico portugués en rueda de prensa? Para mí personalmente fue “un farol”, de esos que dice ante los micrófonos para quitarle presión a los jugadores, cuando internamente se sabía que la victoria se antojaba vital.
Mientras, ante el conjunto ucraniano estaba el Barça de un Pep Guardiola que, sabedor de que el Real Madrid había cogido la autopista con destino a semifinales, no quiso desaprovechar la ocasión para seguir el guión de definir la eliminatoria por la vía rápida.
Los dos técnicos rivales se encargaron de confirmar lo que había ocurrido sólo minutos antes. Tanto Harry Redknapp, técnico de los londinenses, como Mircea Lucescu, entrenador de los de Donetsk, reconocieron la derrota y la superioridad de sus rivales sin excusas. Porque no se pueden poner excusas ante hechos tan evidentes.
En principio, los partidos de vuelta deben afrontarse con la seriedad y respeto que merecen los rivales, pero obviamente, tanto “merengues” como “culés” lo harán con mucha menos presión que en otras condiciones.
Parece claro que Real Madrid y F.C. Barcelona se verán las caras en semifinales de Champions, eso sí, si ni Tottenham ni Shakhtar dan la campanada y remontan.
Esto parece poco probable (nada es imposible) aunque la verdad es que tras el Inter de Milán 2-5 Schalke 04 me lo creo todo.