He tardado bastante en escribir acerca del “Clásico” de Champions entre Real Madrid y F.C. Barcelona porque, simplemente, quería ver como evolucionaban las cosas.
Desde que Pepe fue expulsado y el Barça logró marcar dos goles con uno más en el campo, la cosa ha ido de mal en peor.
La verdad, es que todo lo que estoy viendo acerca del “Clásico” de Champions me recuerda bastante a esas rivalidades rancias y extradeportivas que tenían el Madrid y el Barça hace algunos años. ¿Quién no se acuerda de los choques Lorenzo Sanz vs Joan Gaspart? Pues parece que todo eso vuelve… Lamentablemente.
Parece que esos años de rivalidad únicamente deportiva han pasado a la historia y la fraternidad entre ambos conjuntos ha desaparecido. Ahora los protagonistas no son los jugadores y sus goles, paradas, asistencias, creatividad, velocidad… Ahora lo son, junto con los entrenadores, por los insultos, menosprecios, “pataditas” al rival, empujones, tortas en la cara o comentarios de índole política que jamás tendrían que verse en el mundo del fútbol.
¿Por qué?...
Resulta increíble que un partido que sirve de referencia mundial se convierta en un espectáculo tan lamentable como el que se vio. Resulta increíble que esos millones y millones de personas que lo vieron por televisión en todo el planeta tuviesen que presenciar los constantes piques y encontronazos que lo único que hacían era restarle minutos al juego. Sobre todo, el rifi-rafe ocurrido durante el descanso me pareció de lo más triste y un pésimo ejemplo para todos los que tienen a estos clubes y a estos jugadores como referencias.
La tensión se cortaba con un cuchillo y me cuesta bastante recordar un “Clásico” como el del miércoles. Cada falta era una nube de jugadores encarándose con el rival y todo se protestaba como si fuese la última falta en la historia del fútbol.
¿Cómo se llegó a esta situación? La verdad es que lo del cambio en la designación del árbitro y los cruces de declaraciones entre Mourinho y Guardiola en la previa no ayudaron en nada.
¿Quién tiene la culpa? Es el pez que se muerde la cola. Los madridistas dirán que la tiene Guardiola y los culés dirán que es de Mourinho.
¿Quién tiene razón? Igual. Cada uno defenderá lo suyo y nadie les va a convencer de lo contrario.
Al finalizar el encuentro, José Mourinho se sienta ante los periodistas en la sala de prensa y comienza a criticar al árbitro y a menospreciar los logros de Guardiola. Pep, más comedido que en la previa, decide no responderle. Sin embargo, la brecha está abierta y esta vez es bastante profunda.
Según el diario Marca, el F.C. Barcelona denunciará al técnico portugués “por sus declaraciones post partido en las que arremete contra el club y contra su propio entrenador”, y el Real Madrid va a denunciar a los azulgrana por “conducta antideportiva de sus jugadores al simular lesiones”. (Enlace de la noticia completa en “Fuentes”).
En resumen, todo esto es lo que está siendo la parte visible del “Clásico”. Estas cosas se han llevado el protagonismo y se lo han quitado al fútbol, a lo que realmente debería ser el punto de atención.
Cuántas veces se ha repetido la acción de la tarjeta roja a Pepe, cuántas veces se han repetido las declaraciones de Mourinho, cuántas veces se ha repetido la pelea en el túnel de vestuarios… Y qué poco los goles de Lionel Messi.
Fue de lo poco destacable futbolísticamente hablando. En el primero se adelanta a Ramos y aprovecha el pase de Affelay para lograr el 0-1. En los minutos finales, recibe casi en medio campo y arranca en velocidad deshaciéndose de todo aquel que sale a su paso para culminar, con un disparo cruzado, una auténtica obra de arte y lograr el 0-2.
Era la frutilla del pastel, como dirían los propios argentinos. También fue lo que me recordó que, en realidad, estaba viendo un partido de fútbol.
FUENTES:
Artículo de Marca: http://www.marca.com/2011/04/28/futbol/liga_campeones/1303942344.html