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| Rodrigo Battaglia, a la derecha, en un partido ante Boca Juniors. Foto: Marca.com |
Rodrigo Andrés Battaglia nació el 12 de julio de 1991 en Ciudadela, ciudad situada en la zona oeste del Gran Buenos Aires, en Argentina. Tiene 19 años, es diestro, mide 1,87 metros, juega de mediocentro y hoy en día defiende la camiseta de Huracán tras llegar procedente de la cantera de Club Almagro, uno de los equipos vecinos. Como curiosidad, decir que le apodan “Rodri” o “El Flaco”, obviamente, por su aspecto físico.
La hinchada de “El Globo” (así se le conoce a Huracán en Argentina) ha visto mucho talento joven pisando el césped del Tomás Adolfo Ducó. Los últimos más relevantes quizás sean Matías De Federico, Mario Bolatti y, como no, el gran Javier Pastore. A este elenco de cracks se les une ahora Rodrigo Battaglia.
¡Ojo! No te dejes engañar por su apellido, ya que no tiene nada ningún parentesco familiar con Sebastián Battaglia (ex Villarreal y ahora en Boca Juniors), pero sí que tiene algo en común con él.
Ambos juegan en el medio campo, “de 5” como dicen los argentinos, de hecho, ese es el dorsal que los dos utilizan en sus respectivos clubes. Además, “Rodri” es admirador del mediocentro xeneize, por lo que le sirve como referente a la hora de jugar.
Su debut en el primer equipo se produjo en el Apertura 2010 en el partido contra Racing de Avellaneda. La oportunidad se la dio Miguel Ángel Brindisi, uno de los grandes ídolos de Huracán, y Battaglia no la desaprovechó. Rápidamente se hizo con las riendas de la medular del conjunto “quemero” (así apodan también a Huracán) y se convirtió en figura tras una actuación brillante en el “Clásico” contra San Lorenzo de Almagro que acabó con un contundente 3-0 a favor de “El Globo”.
Desde entonces, acabó siendo titular hasta el final del Apertura y ahora lo sigue siendo en el Clausura, por lo que es una pieza consolidada dentro del plantel. De hecho, su puesto se ha mantenido a pesar de la marcha de Brindisi y la llegada de Roberto Pompei al banquillo del Ducó.
Justo en este Clausura 2011 llegó su primer gol en Primera División. Lo consiguió en la séptima jornada en un partido contra Gimnasia y Esgrima de La Plata que acabó con victoria 2-0 para Huracán. Battaglia abrió el marcador tras recibir en carrera un pase de Javier Cámpora, y colocarlo con potencia cerca del poste y lejos del alcance de Gastón Sessa.
Entre medias de ambos Torneos, Battaglia fue convocado por Walter Perazzo para formar parte de la selección argentina sub.-20 que jugó el Suramericano de esta categoría en Perú. La albiceleste quedó en tercer lugar, y el medio de Huracán disputó varios partidos, algunos incluso como titular.
Pero… ¿Cómo es a la hora de jugar?
Ya hemos dicho antes que juega “de 5”, es decir, personifica la lucha en la mitad del campo. Ocupa bien su zona de acción, siempre está en su sitio y, por eso, casi todos los balones pasan por sus pies.
Él ordena y distribuye el juego de los que le rodean, y elabora la transición de la defensa al ataque. Sin embargo, no es un centrocampista al uso a quien nada más se le ve por el círculo central, también tiene llegada arriba.
Siempre intenta sorprender apareciendo desde atrás, sobre todo en los contraataques. Hace un enorme esfuerzo dando una gran carrera desde medio campo para ubicarse en la frontal y buscar el gol desde allí. Nunca rehúye ninguna opción de disparo y siempre que se le presenta la oportunidad, lo intenta.
La proyección de Rodrigo Battaglia está siendo muy positiva. No sólo es la gran figura de Club Atlético Huracán, sino que también es una de las grandes promesas de la Liga Argentina. A pesar de su juventud, está demostrando un enorme talento y una gran madurez en su juego, por lo que no es descabellado pensar que él podrá ser el futuro recambio de Cambiasso o de Mascherano en la selección albiceleste.
Los hinchas del conjunto de Parque Patricios tienen muchas esperanzas puestas en este habilidoso futbolista. Como decía al principio, la última gran figura que ha salido de allí es Javier Pastore, a quien curiosamente, igual que a Battaglia, también apodaban “El Flaco”.
