Verón durante un entrenamiento con la selección argentina. Foto: elmundo.es |
A sus 35 años (nació el 9 de marzo de 1975 en La Plata, Argentina.) Juan Sebastián Verón está volviendo a vivir una segunda juventud. El fútbol fluye por sus venas y sus buenos genes para pegarle a la pelota le vienen heredados de su padre Juan Ramón Verón, ídolo de la hinchada “Pincharrata”, la cual le llamaba “La Bruja”. Ese día de marzo no sólo venía un nuevo niño al mundo, sino que nacía el que años más tarde volvería a llevar el apellido Verón a lo más hondo del alma de Estudiantes. Ese día nacía “La Brujita”.
No, su primer título no fue un Torneo Apertura o Clausura, ni una Copa Libertadores sino que fue el Ascenso de categoría de la Nacional B a la A (De Segunda a Primera) con Estudiantes en un, como decía antes, lejano 1995. En aquellos días Verón tenía 20 años y uno de los grandes del fútbol argentino, Boca Juniors, lo fichó. Allí duró apenas un año, ya que en 1996 comenzó su periplo por equipos europeos.
Formó parte de la Sampdoria, del mejor Parma de la década, de una Lazio campeona de Liga y Copa, de un Manchester United que pagó más de 40 millones de Euros por su fútbol, del Chelsea de Roman Abramovich, y del Inter de Milán. Sin embargo, en 2006, una década después de haberse ido de Argentina, volvía al club de su vida: Estudiantes La Plata.
Y ahora sí, venía para quedarse. Para eso y para ser el líder y referencia de un equipo que volvió a ser protagonista tanto a nivel nacional como internacional. En el mismo año de su retorno “La Brujita” Verón volvía a hacer magia en el campo, y sus hechizos en forma de experiencia lograron dos hazañas históricas: Volver a ganar un título de Liga, el Apertura, el cual no se lograba desde 1983 y formar parte en la goleada 7-0 ante el vecino y eterno rival: Gimnasia y Esgrima La Plata. Este hecho lo recuerdan los hinchas en cada partido con una pancarta que dice “El 7-0 no se olvida más”. Al concluir esta exitosa campaña recibió un título más, en este caso a título personal: Fue elegido en el 11 que forma el Once Ideal de América por el periódico uruguayo “El País”.
Esto fue el pistoletazo de salida a una racha que, a día de hoy, no ha tocado techo. En el año 2008 fue de nuevo elegido para el Once Ideal de América y recibió el galardón de Futbolista del Año en Suramérica. Sin embargo, el mejor año de Verón tanto a nivel personal como colectivo fue 2009.
En aquella temporada Estudiantes La Plata volvía a ser campeón de la Copa Libertadores desde 1970, logrando así su 4º entorchado. El sueño se hizo realidad tras vencer en la final al Cruzeiro brasileño. En la ida jugada en el estadio Ciudad de La Plata el marcador fue 0-0, pero en la vuelta disputada en el estadio Mineirao de Belo Horizonte “El Pincha” venció 1-2 con tantos de Gastón “La Gata” Fernández y Mauro Boselli, y con “La Brujita” siendo nombrado Mejor Jugador de la Final y Jugador Más Valioso del torneo.
En ese mismo año, y gracias al título de la Libertadores, jugaron en los Emiratos Árabes el Mundial de Clubes de la FIFA como representantes de la CONMEBOL. Allí se vieron las caras con el F.C. Barcelona en la final, quienes lograron remontar el gol inicial de Boselli y se alzaron con el título. Aún así, Verón fue elegido Balón de Plata del campeonato por detrás de Lio Messi que logró el de Oro. Su buen hacer tanto en la Libertadores como en el Mundial de Clubes le hicieron volver a formar parte del Once Ideal de América.
De nuevo este año tanto Estudiantes como “La Brujita” han vuelto a saborear las mieles del triunfo tras conseguir la victoria en el Torneo Apertura 2010. Fue posible gracias a que en la última jornada vencieron 2-0 a Arsenal de Sarandí con dos tantos de Hernán Rodrigo “Ro-Ro” López.
En resumen, Juan Sebastián Verón ha sido muy importante para Estudiantes La Plata desde su retorno. Ha ganado dos Torneos Apertura y una Copa Libertadores, además de ser subcampeón del Mundial de Clubes. Líder indiscutible en el campo y en el vestuario, domina todo cada vez que se viste con la elástica rojiblanca y se coloca el brazalete de capitán en el brazo izquierdo. Siempre ocupando a la perfección su posición de “5” (como dicen en Argentina) y demostrando en cada tiro libre lo que da de sí esa diestra magistral. Cada vez que hay una falta en la frontal del área rival la hinchada estudiantil se alegra como si fuera un penalti y guarda silencio como cuando el mejor tenor sale a escena.
Verón es de esos jugadores que nunca ha dicho una palabra más alta que otra, ni ha buscado llamar la atención en los buenos y malos momentos. Simplemente trabaja y deja trabajar a sus compañeros y entrenadores. Sabe que representa a uno de los equipos más importantes de Argentina y del Continente Americano, y eso conlleva una responsabilidad enorme.
Ídolo de los más mayores y ejemplo para los pequeños, Juan Sebastián “La Brujita” Verón es de esos jugadores que sienten de verdad el escudo y los colores de su equipo, y a los que la afición siempre recordará.