El décimo Mundial de la historia dejó para la posteridad varios detalles importantes y curiosos:
Se cambió la copa Jules Rimet por el actual trofeo. Fue el campeonato en el que explotó el fútbol total de la “Naranja Mecánica” liderada por los “Johanes” Cruyff y Neeskens. Fue el primer Mundial que disputaron Australia, Zaire y Haití, siendo para haitianos y zaireños el único en el que han participado hasta ahora. Escocia acabó el torneo invicta. Polonia logró un tercer puesto histórico tras vencer 0-1 a Brasil con un gol de Grzegorz Lato, máximo goleador del Mundial. Mwepu Ilunga, de Zaire, dejó una imagen para la posteridad cuando en el partido entre su país y Brasil, y cuando el balón estaba detenido porque había sido falta para los brasileños, salió corriendo tras el pitido del árbitro y, antes de que el esférico estuviese en juego, despejó el balón ante el asombro de todos. Además, a esta cita faltaron combinados nacionales tan importantes como Francia, Inglaterra o España, y tampoco fue la U.R.S.S.
Sin embargo, lejos de todo lo que acabamos de ver, ocurrió un hecho sin precedentes y que nunca más se ha vuelto a repetir: Un país, Alemania, jugaba contra sí mismo.
Era el año 1974 y en el mundo se vivía la Guerra Fría entre el bloque capitalista y el comunista dando como resultado una gran polaridad entre países afines a uno y otro lado. Un ejemplo en miniatura de esta división se produjo en Alemania, que se segmentó en dos partes: Alemania Federal (u Occidental) bajo mandato Aliado, y Alemania Democrática (u Oriental) bajo poder de la U.R.S.S.
Todo esto trajo consigo diferentes sistemas políticos, sociales, económicos y culturales dependiendo de si se vivía en el lado izquierdo o en el derecho del Muro de Berlín. Por supuesto, esto también repercutió en el mundo del deporte ya que tanto Occidentales como Orientales competían a nivel internacional de forma independiente a pesar de tener en común el hecho de ser Alemania.
En el ámbito futbolístico, la parte Federal compitió con esta designación por primera vez en el Mundial de Suiza de 1954 el cual acabó ganando tras imponerse en la final a Hungría. Mientras, la parte Democrática no disputó ninguna Copa del Mundo hasta el año 1974, cuando Alemania hizo de anfitriona, y nunca más logró clasificarse para este torneo.
A nivel futbolístico había una gran diferencia entre ambos bloques, ya que, mientras que la Alemania Democrática sólo jugó un Mundial, la Federal jugó diez logrando el título de Campeón del Mundo en tres ocasiones, Suiza 54, Alemania 74 y Estados Unidos 90. Además, fue la subcampeona en otras tres oportunidades, Inglaterra 66, España 82 y México 86.
Pero llegó el año 1974 y Alemania organizó la Copa del Mundo. A decir verdad, en realidad lo organizó Alemania Occidental y ellos obtuvieron directamente la clasificación para el campeonato, mientras que Alemania Oriental tuvo que ganarse el billete, el cual consiguió tras quedar primera del Grupo 4 superando a Rumanía, Finlandia y Albania en la Fase de Clasificación europea.
Así pues, comenzó el torneo y las dos Alemanias quedaron emparejadas en el Grupo A junto con Chile y Australia.
La Occidental venció 1-0 a Chile y goleó 0-3 a Australia, mientras que la Democrática ganó 2-0 a los australianos y empató a uno con los chilenos. Esto dejaba todo abierto para la última jornada en la que ambos bloques se disputaban el liderato de grupo.
Con esto se llegó al 22 de junio de 1974. Eran las 19:30 horas de la tarde, el estadio Volksparkstadion de Hamburgo se llenó con más de 60.000 espectadores, y el árbitro uruguayo Ramón Barreto Ruiz dio el pitido inicial a un partido histórico. La República Democrática Alemana jugaba contra la República Federal de Alemania, es decir, Alemania se veía las caras contra Alemania y por primera vez en la historia un país jugaba contra sí mismo.
Los Orientales, que curiosamente jugaban como locales en la parte Federal, no partían como favoritos en este choque si tenemos en cuenta las figuras que tenían los occidentales. Enfrente estaban el portero Sepp Maiers, Berti Vogts, Paul Breitner, Uli Hoeness, Jupp Heynckes, Gerd “El Torpedo” Müller, y cómo no, la gran estrella, capitán del combinado occidental y uno de los mejores futbolistas del continente: Franz Beckenbauer.
Todo parecía indicar que ganarían los federales, pero la sorpresa saltó cuando Jürgen Sparwasser marcó en el minuto 77 el 1-0 para Alemania Democrática, lo cual fue suficiente para lograr la victoria y clasificarse como primera de grupo. Ni que decir tiene que las medidas de seguridad que protegían este encuentro fueron altísimas debido a la tensión política que traía consigo y que, tras el gol, Sparwasser se convirtió en todo un ídolo en la parte oriental llegando incluso a rechazar una oferta del Bayern de Munich que el conjunto bávaro le hizo poco después.
Tras la primera fase de grupos se hizo dos grupos más con las ocho selecciones clasificadas en la ronda anterior. Las dos mejores de cada grupo jugarían la final mientras que las dos segundas se disputarían la tercera y cuarta plaza. Así pues, Alemania Democrática quedó encuadrada en el Grupo 1 con tres rivales de altura: Holanda, Brasil y Argentina. Mientras, la Federal jugó en el Grupo 2 contra Polonia, Suecia y Yugoslavia.
Las cosas no fueron bien para los Orientales, ya que cayeron derrotados ante Brasil por 1-0 y ante Holanda por 2-0, lo cual hizo insuficiente el 1-1 contra Argentina. Holandeses y brasileños quedaron como líder y segundo poniendo fin de este modo a la participación del bloque oriental en este Mundial.
Por su parte, los Occidentales ganaron sus tres partidos. Quedaron campeones de grupo tras vencer 0-2 a Yugoslavia, 4-2 a Suecia y 0-1 a Polonia, lo cual les aseguró el pase a la final donde se verían las caras contra “La Naranja Mecánica” holandesa.
Holanda se adelantó muy pronto en el marcador con un gol de penalti de Johan Neeskens, pero antes del descanso Paul Breitner, también de penalti, y Gerd Müller consiguieron los tantos de la remontada y Alemania Occidental acabó alzándose con la Copa del Mundo.
Antes de finalizar comentaremos dos curiosidades más. La primera es que la final se jugó en el estadio Olímpico de Munich y no en Bonn, siendo la primera y única vez en la historia que la final del Mundial no se jugó en la capital del país anfitrión.
La segunda es que Helmut Schön, seleccionador de Alemania Federal, nació en Dresden, es decir, en la mitad oriental del país. Sin embargo, eso no fue impedimento para que fuese a la parte occidental para seguir desarrollando su carrera en el mundo del fútbol y poder seguir disfrutando con su gran pasión. Su esfuerzo y dedicación le llevaron a ser un seleccionador muy exitoso tras lograr el subcampeonato del Mundial del 66 y el tercer puesto en el del 70, además de quedar segundo en la Eurocopa del 76 y, como no, por ganar la Eurocopa del 72 y el Mundial del 74. Todo esto hace que Schön sea uno de los seleccionadores más queridos en la historia de Alemania.
FUENTES:
Ficha oficial de la FIFA del partido entre Alemania Democrática y Alemania Federal.
http://es.fifa.com/worldcup/archive/edition=39/results/matches/match=2062/report.html
Entrevista de El País a Franz Beckenbauer en la que habla del Mundial 74.
http://www.elpais.com/articulo/deportes/Mundial/74/fue/horrible/elpdepfutmunart/20060609elpepidep_4/Tes
Artículo de Marca sobre el gol de Sparwasser.
http://www.marca.com/reportajes/2010/04/alemania_federal_1974/2010/04/02/seccion_01/1270216233.html
Mundial de Alemania 1974.
http://es.wikipedia.org/wiki/Copa_Mundial_de_F%C3%BAtbol_de_1974
Helmut Schön.
http://es.wikipedia.org/wiki/Helmut_Sch%C3%B6n