Habrá que esperar a las 15:00 horas del domingo para ver qué depara el partido de vuelta de la Promoción de Descenso en el campeonato argentino, pero de momento River Plate tiene todo en contra para mantener la categoría y puede descender por primera vez en sus 110 años de historia a la Nacional B. El miércoles perdió 2-0 ante Belgrano, que opta a subir, y los ánimos en el barrio de Núñez están caldeados.
¿Te imaginas al F.C. Barcelona o al Real Madrid jugando en Segunda División? Parece imposible que eso ocurra, pero en Argentina están a punto de ver algo parecido porque River Plate está en grave peligro de descenso a la Nacional B.
El Sistema de Promedios indica que es uno de los cuatro clubes con peores números de la máxima categoría, por lo que tiene que jugarse la permanencia contra Belgrano de Córdoba, equipo de la “B” que opta al ascenso.
“Millonarios” y “Piratas” se verán las caras dos veces, la primera fue el miércoles, y la siguiente este mismo domingo en es estadio Vespucio Liberti. Sin embargo, el asunto está difícil para los franjirrojos ya que en el primer choque perdieron 2-0.
El estadio Gigante del Barrio Alberdi pudo ser testigo del principio del fin. Belgrano salió a por todas, mientras que River simplemente salió.
A Juan José López, técnico riverplantense, se le critica el hecho de haber puesto en el once inicial a Funes Mori y a Mauro Díaz en la dupla atacante en lugar de a Pavone y a Caruso, más veteranos y con más experiencia para partidos difíciles. Finalmente los dos primeros fueron sustituidos por los segundos, aunque ya era demasiado tarde.
El cúmulo de despropósitos en el que se convirtió el conjunto bonaerense se vio perfectamente reflejado en la mano que hace el paraguayo Román en el minuto 24. Los locales sacan un córner y un balón que no llevaba excesivo peligro lo intenta despejar con un manotazo clamoroso. Penalti y gol de Mansanelli.
Pero ahí no acababa la cosa porque a los cuatro minutos del segundo tiempo César Pereyra hizo el 2-0 tras rematar en el segundo poste un saque de esquina en el que la pasividad “millonaria” salió a relucir de forma peligrosa.
La paciencia de los aficionados visitantes se acabó y saltaron al césped para pedirle a sus jugadores “más huevos”. Algunos se encararon con Román por su mano (es que es realmente incomprensible como un futbolista profesional pueda hacer un penalti de ese tipo) y sobre todo fueron a hablar con Matías Almeyda, el capitán, para dejarle claro que si no espabilaban la cosa se volvería irreversible. Esta circunstancia detuvo el choque durante 20 minutos, lo cual le sirvió a River más que para intentar remontar, para evitar que la goleada fuera mayor.
Para colmo, ni Paulo Ferrari (imprescindible en defensa), ni Román, ni Almeyda (el gran ídolo y el que tenía que liderar la salvación) jugarán la vuelta por acumulación de tarjetas.
A River Plate sólo le queda apelar a la heroica. Necesita ganar por dos goles de diferencia a Belgrano ya que se salvaría en caso de empate en el marcador global al no haber la regla de que los goles fuera de casa valen el doble.
Finalmente “El Monumental” tendrá afición, ya que llegó a plantearse la posibilidad de jugar a puerta cerrada por seguridad, la cual espera ver mucho más de su equipo de lo que mostró en Córdoba, y no quiere ni pensar en que puede ser testigo de su primer descenso a la Nacional B.
Muchas son las figuras de Boca Juniors que han manifestado públicamente que no quieren el descenso de River, su eterno rival. Algunos de ellos son Riquelme, Carlos Tévez e incluso el mismísimo Diego Armando Maradona.
Sin embargo, la afición xeneize no piensa lo mismo y ya va creando bromas como “Ri“B”er Plate”, “¡Qué mal se te “B” RiBer!”, “Yo te vi último. Yo te vi en la Promo. Yo no te vi más”, y muchos otros.
Todo se resolverá este domingo, cuando en 90 minutos River Plate se juegue 110 años de historia.