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sábado, 4 de junio de 2011

PEÑAROL Y SANTOS SE JUGARÁN LA LIBERTADORES

¡Qué bonita es la Copa Libertadores! El equivalente a la Champions League europea nos deparó dos semifinales realmente emocionantes que nos dejó a Peñarol de Montevideo y al Santos de Sao Paulo como finalistas. Los brasileños fueron los primeros en lograr el pase tras eliminar al Cerro Porteño paraguayo, y los uruguayos hicieron lo propio tras apear a Vélez Sarsfield de Argentina. La ida se jugará el 15 de junio en el estadio Centenario de Montevideo y la vuelta será el día 22 en Vila Belmiro.

Tras 49 años, Peñarol y Santos volverán a verse las caras en la final de una Copa Libertadores. En aquellos días fue el conjunto “Peixe”, liderado entonces por el mítico Pelé, el que levantó por primera vez tan valioso trofeo tras jugarse tres partidos al ganar un encuentro cada uno y jugarse el de desempate.

El Santos tiene dos títulos de Copa Libertadores, los cuales consiguió de forma consecutiva en 1962 y 1963, aunque pudieron ampliar su palmarés en 2003 si hubiesen logrado la victoria en la final ante Boca Juniors.

Por su parte, el conjunto “Manya” suma cinco entorchados y luchará por el sexto tras disputar y ganar su última final en 1987 ante América de Cali. Por cierto, partido con una curiosidad que luego veremos.

Vista la estadística, vamos con los partidos:

Cerro Porteño 3-3 Santos.

El estadio General Pablo Rojas se vistió de gala para animar a Cerro en su intento de llegar por primera vez a la final del torneo continental más importante de América. Para ello debían antes remontar el 1-0 adverso (marcó Edu Dracena) que se trajeron de la ida. Sin embargo, la brecha se agrandó cuando los chicos dirigidos por Leonardo Astrada se toparon con el un gol visitante de Zé Eduardo, que cabeceó a la red un saque de falta de Elano a los dos minutos de iniciar el juego.

Las cosas se complicaban para “El Ciclón”, y peor se iban a poner con un gol cómico que elaboraron entre Pedro Benítez (central) y Barreto (portero). El zaguero forcejea con Neymar y cabecea a su portería, el arquero intenta despejar de puños cuando la podía blocar y al final el balón se fue contra su propia meta poniendo el 0-2. Esta acción empañaba la actuación del conjunto de Asunción, que ahora necesitaba 4 tantos para remontar el pase.

Sin embargo, tres minutos después de esta jugada Cerro logró acortar distancias con un cabezazo de César Benítez que envió a las mallas un corner sacado por el gran Juan Iturbe. Era la media hora de juego y aún quedaban 60 minutos para intentar la heroica. Esto obligó a los paraguayos a adelantar las líneas y el Santos lo aprovechó de maravilla en el descuento de la primera mitad con una contra de Arouca que acabó solventando Neymar con un potente derechazo al palo corto de Barreto. 1-3, la cosa estaba casi imposible.

La segunda parte fue un constante asedio a la portería blanquinegra, el cual tuvo su premio en el minuto 60 cuando Juan Lucero recogió un balón en el punto de penalti y reventó las redes. Ya casi al final, el argentino-paraguayo Jonathan Fabbro marcó uno de los mejores goles de la Libertadores con un derechazo desde más de 30 metros que entró por toda la escuadra del arco defendido por Rafael.

Pero no hubo tiempo para más y el Santos de Muricy Ramalho rubricó su pase a su cuarta final de Copa Libertadores.

Vélez Sarsfield 2-1 Peñarol.

He de reconocer que este partido era el que más me llamaba la atención entre las dos semifinales. Frente a frente estaban el que para mí era el favorito para llevarse el título, Vélez Sarsfield, contra el que más fuerte se estaba mostrando en lo que iba de campeonato, ya que Peñarol ha dejado fuera a Club Atlético Independiente, a Universidad Católica y al vigente campeón: Internacional de Porto Alegre.

El partido prometía emociones y además, el caprichoso Fútbol quiso que se diesen dos circunstancias bastante curiosas:

Primera: La final de la Libertadores de 1987 enfrentó a Peñarol y al América de Cali. En las filas uruguayas estaba Diego Aguirre, quien marcó el gol de la victoria en el partido de desempate. En las colombianas estaba Ricardo “El Tigre” Gareca (además de Julio César Falcioni, actual técnico de Boca Juniors, en portería). ¿Quiénes se veían las caras en los banquillos? Aguirre dirigía a los “Carboneros” y Gareca a los de Liniers.

Segunda: El encargado de hacer los goles para los argentinos era el uruguayo Santiago Silva, mientras que la referencia ofensiva de los charrúas era el argentino Alejandro Martinuccio. (A mí me pareció muy curioso…).

Como en la otra semifinal, el ambiente era de lujo. El José Amalfitani se llenó con 55.000 espectadores, 7.000 de ellos llegados desde Uruguay, dispuestos a dar a sus jugadores el último aliento para citarse con el Santos en la final.

El choque empezó con intensidad por parte de los locales, ya que tenían el marcador en contra tras caer derrotados en el Centenario por 1-0 gracias al gol de Darío Rodríguez. Entre Silva, Juan “Burrito” Martínez y Maxi Moralez llevaron el balón con peligro a la meta defendida por Sosa, quien se mostraba un poco inseguro a la hora de atajar los disparos lejanos.

Pero el premio llegó para los “manyas” con un contraataque que Martinuccio regaló en bandeja a Matías Mier para que batiese a Barovero para alegría de los 7.000 hinchas charrúas situados tras esa portería. Las cosas se ponían muy cuesta arriba para los velezanos, que necesitaban 3 goles para pasar, pero que no se dieron por vencidos.

La polémica llegó antes del descanso cuando le fue anulado un gol legal a Martínez, pero le fue concedido uno en fuera de juego a Tobio que puso las tablas en el marcador de “El Fortín” justo antes del descanso.

Vélez tenía 45 minutos para lograr dos tantos, sabedor de que uno más de Peñarol significaría la sentencia. Gareca salió a por todas y en el minuto 60 sustituyó a Maxi Moralez para dar entrada a Ricky Álvarez y ganar enteros en ataque. Pero irse al ataque implica descuidar la defensa, lo cual casi aprovechó Peñarol con una contra de Martinuccio que le dejó el balón para empujarlo a Juan Manuel Olivera, quien lo tiró alto.

Quien perdona lo paga, y un minuto después fue Silva quien puso el 2-1 y dejó todo abierto a falta de 23 minutos para la conclusión. Vélez estaba vivo y casi cierra la épica con un penalti pitado a falta de un cuarto de hora para el final. Santiago Silva era el encargado de lanzarlo, pero se resbaló al golpear el balón y su disparo se fue alto.

El arreón final argentino resultó insuficiente y Peñarol logró el billete para la final.

La final va a estar bonita, ya que enfrenta a dos grandes equipos.

¿Un favorito? Difícil decirlo. Quizás esto es lo mejor de la Copa Libertadores.
Ya no está Pelé para amargarle a Peñarol como en aquel lejano 1962, pero está Neymar… Por el contrario, los brasileños deben tener en cuenta que los uruguayos han eliminado al defensor del título, Internacional de Porto Alegre, y a un firme candidato, Vélez Sarsfield.

La solución la veremos el día 22 de junio, eso sí, si ninguno de los dos sentencia la final en el partido de ida.