Magallón (a la derecha) festeja el segundo gol de su equipo con Omar Bravo. Foto: jornada.unam.mx |
A pesar de que el conjunto mexicano partía en desventaja por el 1-1 de la ida (ya que con un empate a cero hubieran pasado los chilenos por el valor doble de los goles conseguidos fuera de casa) supo afrontar el desafío que le planteó “la U” en el campo y toda su afición, que llenó el Estadio Nacional de Santiago de Chile con más de 39.000 espectadores.
Los goles de Xavier Báez en el min. 22 y de Jonny Magallón en el min. 54 de la segunda parte hicieron estallar de alegría a la afición del “Rebaño Sagrado”. El primero fue un potente disparo desde fuera del área que se le escapa de las manos al meta chileno Pinto. El segundo, un disparo a bocajarro de Magallón en el área pequeña tras coger el rechace de Pinto a un cabezazo anterior.
Sin embargo, la historia pudo haber cambiado. Tras el tanto de Báez la Universidad mandó dos balones al larguero, uno tras un fuerte zapatazo de José Contreras, y otro tras un cabezazo de Rafael Olarra al rematar un saque de esquina.
La Universidad de Chile también optaba a jugar su primera final de la Copa Libertadores, pero no pudo conseguirlo. Por su parte, el Chivas ya espera rival. Lo sabrá el jueves cuando se dispute la otra semifinal: Sao Paulo-Internacional de Porto Alegre.
Por cierto, Omar Bravo podría perderse la final ya que su contrato con el Chivas finaliza este mismo viernes. Así que a los dirigentes mexicanos les tocará negociar con el club al que pertenece: El Kansas City.